sábado, diciembre 30, 2006

¡Ding...Ding...Dos!

LA FRAGIL LINEA DEL FINGIMIENTO
por Alvy Bryce Calles

En este lado del mundo celebramos la llegada de un nuevo año, según el calendario Gregoriano, durante las últimas 12 campanadas del 31 de diciembre, nuestra cultura lo ha determinado así. En otros países la celebración varía según el tipo de calendario y según las creencias. Por ejemplo, el año nuevo en Irán se celebra con el equinoccio de primavera, 21 de marzo; en Tailandia, entre el 13 y el 15 de abril; en el Tibet, entre enero y marzo; el año nuevo judío, en septiembre; en la India, en noviembre.

En general, el momento lo es de reflexiones, de afecto, de amor, de manifestaciones espirituales, de reunión familiar; y de promesas, de muchas promesas de lo que haremos el nuevo año. Perfilamos, según la tradición, compromisos por cumplir, uno por cada uva que comemos con cada una de las campanadas que anuncian la muerte del “año viejo”, así lo llamamos cariñosamente. Básicamente, es un acuerdo mutuo entre el yo y el consciente, es decir, un auto-acuerdo. Casi siempre le dedicamos una o dos campanadas a los otros, los de afuera, los que habitan más allá de nuestra casa, de nuestro vecindario, de nuestra ciudad, de nuestro país. A veces, de esas dos campanadas, una es para la encarnación de el otro denominada los pobres. El término pobreza se ha convertido prácticamente en una palabra más del lenguaje cotidiano: tanto la palabra como la condición que connota, se aceptan como naturales: ricos y pobres, como la situación social normal.

Incluso, los días previos al año nuevo, muchos de nosotros armamos en nuestros hogares un pesebre, es decir, un rancho a escala (el opuesto directo del opulento rancho en EU, pues a diferencia de éste, aquel es construido con cartones, láminas de latón arrancadas de los avisos publicitarios, y uno que otro bloque), una fabela, un palafito, una casa de bahareque, una choza. Es la luz, es la representación del nacimiento de Jesús: es el alumbramiento. O, lo que es igual, la celebración de la pobreza. Ser pobre, entonces, es ser bueno, amigo, humilde, bondadoso, religioso, risueño, solidario. Pero, bajo este esquema, pincelada anual de culpa, casi nunca reflexionamos sobre el otro real rostro de la pobreza.

Mariana Martínez, columnista del BBC Mundo, nos dice:

Al caminar por las calles de la pequeña Haití, un barrio ubicado en el corazón de Miami, Florida, y poblado mayormente por inmigrantes haitianos, es posible enfrentarse cara a cara con la pobreza.

Casas precarias y de paredes descoloridas, cuyo deterioro desafía a los constantes huracanes e inundaciones que sufre la ciudad continuamente; niños y adultos deambulando por las calles, y tiendas con anuncios en Creole, son el común denominador de la zona.

Paradójicamente, alcanza con caminar un par de cuadras para enterarse de que el barrio colinda con otro, Coconut Grove, donde la prosperidad y la riqueza emanan de los escaparates de las tiendas, los yates y las grandes propiedades.
(http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/news/default.stm)



Si observamos las análogas de esas precarias viviendas en los cerros que rodean las principales capitales de Venezuela, y el resto de ellas a lo largo y ancho del territorio nacional, entonces Mariana pareciera estar hablando de Venezuela, y de todos los lugares del mundo donde existen pobres: aproximadamente entre 1.200.000.000 (mil doscientos millones) y dos mil millones de ellos, en la actualidad. ¿Qué porcentaje representa esa cifra con relación al total de habitantes del planeta?: en verdad no me interesa esa relación específica, no soy político de oficio; me interesan, en esta relación, las cifras absolutas, lo cual no me impide reconocer que se han hecho algunos esfuerzos para paliar el problema. Aceptemos la cifra "pequeña" de 1.200.000.000


¿A qué nos referimos actualmente cuando hablamos de pobreza?

Un asunto complejo, con muchas manifestaciones, diverso en las distintas culturas, lleno de particularidades. En los países empobrecidos el problema que se plantea es el de una pobreza absoluta. Carencias mortales o dañinas para la evolución de un ser humano. Desafíos graves sin resolver, tales como la nutrición, la salud o la alfabetización. (Por Javier Iguiñiz. Tomado de : Javier Pagola, Director de la revista “El Sur” de la ONG Medicus Mundi, Agencia de Información Solidaria, agosto de 2003: http://www.rel-uita.org/old/internacional/hambre/pobreza.htm



Resumen (1)

- 1200 millones no tienen acceso al agua potable.
- 800 " no tienen comida suficiente.
- 50 " enfermas de SIDA.
- 10 " niños mueren antes de cumplir los 5 años.
- 70% de los pobres del planeta son mujeres.
- 10% de la población mundial posee el 70% de la riqueza
- 75% de los pobres son campesinos
(Vázquez Sotelo, O. “Cuarto mundo o la pobreza en el Norte", en Contribuciones a la Economía, marzo 2006.
Texto completo en http://www.eumed.net/ce/2006/ovs-pob.htm)



Resumen (2) [Mismo autor, misma dirección]

- La Pobreza es un asunto de privación.
- El enfoque de la privación relativa no sustituye sino que complementa al de la privación absoluta.
- El enfoque biológico se identifica con el de privación absoluta, al mantener los problemas del hambre y de la muerte por inanición en el centro del concepto de Pobreza.
- La Pobreza y la desigualdad son conceptos estrechamente relacionados, pero diferenciados claramente.
- La medición de la Pobreza es un ejercicio descriptivo y no ético, como, a veces, se postula.
- El “bienestar humano” consiste más en desarrollar las capacidades de las personas (cosas que pueden hacer) que en la cantidad de bienes que pueden comprar.
- Las cuestiones de género son parte integral del desarrollo humano.
- Las causas de una hambruna están más ligadas a los mecanismos de distribución que a una insuficiente producción.
- El mero incremento de los ingresos no garantiza un mayor bienestar.
- La Pobreza se manifiesta de forma multidimensional.


Y más...

- 1200 millones de personas viven con 1 dolar (USD) o menos al día.
- El 1 % más rico de la población mundial percibe la misma cantidad de ingresos que el 57 % más pobre.
- 54 países son más pobres ahora de lo que eran en 1990.
- 1.000 millones de personas están desempleadas, subempleadas o pobres de las que el 60 % son mujeres.
- 245 millones de niños de 5 a 17 años trabajan.
- Las mujeres perciben entre el 30 y el 60 % menos que los hombres.
- 860 millones de adultos son analfabetos.
- 114 millones de niños en edad escolar no acuden a la escuela.
(http://www.lainsignia.org/2005/junio/soc_022.htm)



Javier Iguiñiz:

Todo lo que haría falta en el mundo para financiar los servicios básicos de salud, educación, agua potable y alimentación ha sido calculado en unos 40.000 millones de dólares, lo que equivale a sólo el cuatro por ciento de los bienes de las 225 personas más ricas del planeta. Es verdad que esas fortunas pagan más de un cuatro por ciento de impuesto por sus activos, pero ese dinero no llega a quienes más lo necesitan. Elevar los ingresos de todos los pobres de América Latina, que es el área más desigual del mundo, equivaldría al 0,7 por ciento del producto bruto de esa zona, o a un impuesto del 2 por ciento aplicado a la renta de la quinta parte más rica de la población. (http://www.rel-uita.org/old/internacional/hambre/pobreza.htm)


Frases célebres (por comunes):

- Hay que erradicar la pobreza
- La iglesia invita al mundo religioso a orar por la pobreza
- Oremos
- La pobreza es un problema estructural
- Debemos acabar con los pobres
- Hay que distribuir mejor la riqueza
- ¡Nuestra lucha por la pobreza es una lucha a muerte, camaradas!
- ¡Nuestra lucha por la pobreza es una lucha a muerte, miembros de este ilustre senado de la república!
- ¡Nuestra lucha por la pobreza es una lucha a muerte, miembros de esta ilustre cámara de industriales!
- ...miembros de nuestro honorable club felino
- ...miembros de nuestro honorable club de damas
- Pon en tu brazo una banda blanca para protestar por la pobreza en el mundo
- Exigimos más hechos y menos palabras
- Para combatir la pobreza hay que abordarla de manera global


Y... ¿qué nos dice Luís, el niño "recogelatas”(Fragmento de una entrevista que le hice a él en el año 2000)

¿Qué edad tienes, Luís?
- No me acuerdo,...creo que diez
- ¿Tu apellido?
- No tengo, mi mamá me dice "ladillín", Luís "Ladillín"*
- Y, tu papá, ¿cómo se llama?
- No sé, no tengo
- Dime, Luís. ¿Sabes tú qué es un objeto?

Como respuesta, del mugroso saco lleno de cosas que llevaba a cuestas, la herramienta más importante para su labor, me sacó una lata de Coca-Cola, Co., y entonces inicié un diálogo Freireano con él (así, como enseñándolo a leer y escribir...). Entonces, con calma, le expliqué, intentando hacerme comprender por él, cuál era el significado social, político e ideológico de esas latas (envases) y su líquido. Después de oírme atentamente, me respondió:

- Bueno, a mí me gusta ese líquido que sale de esas ollotas que usted dice que pertenecen a unos señores ricos, ¿por qué no me brinda una?

Entonces le pregunté, ya en la fuente de soda, si le gustaba mucho ese líquido, a lo que respondió:

- Sí, me gusta, porque...después... ¿me puedo quedar con la lata, verdad?

Si dividimos 1.200.000.000 de pobres / doce uvas, el resultado es: 100.000.000 de pobres por uva, por campanada...de advertencia.

Alvy Bryce Calles. bryce.alvy@gmail.com



NOTA
* En algunas regiones de Venezuela, el término "ladillín" es sinónimo de fastidioso, molestoso.

lunes, diciembre 11, 2006

Un poco más cerca de la verdad

Por Katherine Vieira

Hace un par de semanas, tuve la oportunidad de asistir a un taller titulado "Periodismo en Latinoamérica: Buscando fuentes que nos lleven a la verdad". El taller de 5 horas de duración, fue organizado por una amiga personal, Carolina Belalcazar, directora de actividades de extensión del Departamento de Estudios Latinoamericanos e Ibéricos del Centro MacMillan de Estudios Internacionales y de Área, de la Universidad de Yale. El programa incluía 3 charlas, todas por la periodista peruana Julia Urrunaga, antigua jefa del programa de periodismo investigativo del Instituto Prensa y Sociedad (IPYS), con sede en Lima, Perú.

El taller estaba dirigido principalmente a profesores del sistema educativo de New Haven, quienes enseñan español, tocan temas relacionados con Latinoamérica en sus salones de clase, o enseñan clases bilingües. Estos profesionales conformaban la gran mayoría del público asistente, en total unas 20 personas. Sin embargo estábamos presentes dos personas de carácter ajeno a este perfil, una bioquímica peruana, y yo, venezolana, estudiante de doctorado del Departamento de Astronomía de Yale.

Aparentemente lejanas al tópico, pero profundamente interesadas, estábamos allí mi colega peruana científica, por ser coterránea de la presentadora del taller, y yo, porque personalmente estoy lidiando con una profunda desconfianza en los medios venezolanos, y pensé que este taller me ayudaría a entender parte de ese problema.

Mi desconfianza, que ha crecido en los últimos años, está alimentada por numerosos factores que sería extenso, largo y hasta tedioso de explicar, pero lo importante es que esta desconfianza se suma al hecho de que por estar viviendo temporalmente fuera de mi país, me he visto obligada a no consultar esos medios, y los he desplazado por otras fuentes que vienen de dos extremos muy opuestos, las agencias de noticias internacionales, de carácter global, ajeno, externo; y mi familia y amigos, que son obviamente muy locales, cercanos, internos.

Bueno, lo cierto es que en el taller aprendí varias cosas, no sólo de la presentación de Urrunaga, sino de los numerosos comentarios y opiniones de los presentes, algunos de ellos latinos, la mayoría anglosajones con experiencia de vida latina, por llamarla de alguna manera. Estos bits de información forman parte un conglomerado más complejo, del que no necesariamente voy a hacer un análisis global, pero por alguna parte empiezo.

Tomografía de la información

Aprendí que no existe la objetividad al 100%, porque toda transmisión de información está sujeta a un grado de subjetividad que la agrega el transmisor. Si esa subjetividad puede ser corregida o no, no es lo importante, pero sí es crucial que el transmisor reconozca y exponga sus propios sesgos, para que el receptor entienda los filtros por los cuales esa información ha pasado. De este modo el usuario receptor está en condiciones de recuperar la información original, si así lo desea, y si es en efecto posible.

Esto me hizo recordar muy vívidamente la técnica de la tomografía. En matemáticas y físicas, se conoce como el problema de la inversión. Se trata de conocer la causa basada en los efectos, o conocer el pasado basado en el presente. Según la naturaleza del modelo matemático que se emplee para describir un fenómeno, es posible invertir las ecuaciones que lo describen, y encontrar el parámetro que queremos determinar, basados en los datos que medimos mientras el fenómeno ocurre. Este parámetro nos indica información fundamental sobre las propiedades del fenómeno en general. Por ejemplo, que esta inversión exista, sea única y además sea estable, son condiciones muy deseables, entonces se dice que el problema está bien definido, pero si alguna de estas condiciones falla, entonces el problema está pobremente definido.

En el caso de la tomografía, el propósito es obtener una imagen tridimensional de los órganos del cuerpo, en base a numerosas imágenes bidimensionales, tomadas desde distintos ángulos. Algoritmos matemáticos se encargan de procesar toda esta información y producir una imagen tridimensional que se asemeja en gran medida a la realidad. Pocas imágenes bidimensionales producirán una imagen tridimensional poco confiable, con errores, pero mientras más sean los datos tomados desde distintos ángulos, la precisión y en consecuencia el diagnóstico médico, mejora considerablemente. Por ello las tomografías requieren el uso de computadores capaces de procesar una gran cantidad de operaciones aritméticas en poco tiempo. Recuperar la tercera dimensión de un objeto en base a proyecciones en dos dimensiones, es un problema pobremente definido, porque la solución no necesariamente es única. Esa es la teoría, en la práctica, las tomografías hacen en general un muy buen trabajo.

Volviendo al asunto de la transmisión de la información, entonces el símil es obvio, varios ángulos me darán una mejor perspectiva de lo que ocurre. La tomografía de la información se convierte en una herramienta útil para hacer un mejor diagnóstico de la realidad, proyectada a través de la información que recibo.

El sentido común en la valoración de los hechos

Si queremos restringirnos a los hechos, a simple y llanamente los hechos, podríamos intentar el ejercicio que una de las docentes asistentes al taller suele practicar con sus alumnos: transmitir una noticia usando sólo verbos y adjetivos descriptivos (colores, dimensiones), evitando los calificativos (bueno, malo, etc.). Este proceder luce muy objetivo en su diseño, y funciona relativamente bien en la descripción de hechos rutinarios y de poco impacto, pero al aplicarlo en situaciones más complicadas, nos sentimos rápidamente restringidos a la hora de describir detalladamente los eventos.

Este ejercicio simplemente hace palpable la naturaleza humana de percibir un hecho más allá de lo que los cinco sentidos captan, existe naturalmente un proceso mental que interpreta esos hechos y les da un significado y una valoración dentro de los esquemas sociales, morales y éticos con lo que hemos crecido. Esa valoración nos hace humanos y nos diferencia de ser simple receptores sensoriales.

Esto me hizo recordar otro ejercicio que representa lo opuesto al planteado. Cuando estaba en el 4to grado de educación primaria, yo tenia una clase llamada PNI, positivo, negativo e interesante. Una vez a la semana, la profesora nos planteaba una situación, y nos invitaba a escribir en una página las cosas positivas, negativas e interesantes que encontrábamos en dicha situación. Esta era la oportunidad para nosotros los niños de ejercer nuestras capacidades de valoración, como si jueces fuésemos. Luego cada uno de los estudiantes comentaba rápidamente lo que había considerado eran sus valoraciones de la situación planteada.

Regresemos al presente. En algún momento del taller, salió a colación un ejemplo que consideré interesantísimo sobre la valoración y calificación de la información: el manejo de una posible escena de crimen. En general el procedimiento se inicia con una revisión técnica exhaustiva por parte del personal policial, que si bien trabaja en base a sospechas o posibles motivos, sus resultados son estrictamente técnicos y de carácter científico, ellos deben obtener una visión técnica y no sesgada de los hechos. Si el proceso continúa hasta llegar a un juicio, se procede entonces a una evaluación total y absolutamente sesgada de esos hechos, cada una de las partes enfrentadas ofrece su versión de lo ocurrido, con el único propósito de defender la posición que postula. Éste es un ejercicio muy intenso del sesgo en la transmisión de la información, con el deliberado y firme propósito de crear una determinada valoración de lo ocurrido por parte del jurado.

Para garantizar un grado mínimo de justicia, este jurado es ajeno a dichas partes, pero es también representativo de la sociedad y la comunidad, y hace un juicio final en base a las visiones sesgadas de las partes, más la visión global de la sociedad, allí representada por los distintos miembros. El juez se encarga de que las normas del sistema judicial se cumplan y determina la sentencia.

Esto me hizo reflexionar también sobre el hecho de que un asunto tan importante como la valoración de un posible hecho criminal, es realizado por personas comunes y corrientes, sin ningún entrenamiento especial en dichas situaciones, más que ser miembros de la sociedad. El sistema funciona pese a esta aparente falla, que no es falla, pues la valoración consistente y adecuada de la información no depende del grado de educación de las personas sino principalmente de cuanto sentido común hay en la gente.

Y si postulamos rápidamente que la cantidad de sentido común es una variable aleatoria, es decir que la cantidad de sentido común que una persona posee no tiene ninguna correlación con su educación, raza, sexo, religión, etc., entonces habrá gente con muy poco sentido común, y hay otros que tienen mucho, pero hay un valor medio también, ese sentido común que es precisamente común a la mayoría. Desde el punto de vista matemático, la mejor forma de obtener ese valor medio, es extraer una muestra de los datos (el jurado), y sacar un promedio (alcanzar una decisión en base a la discusión consensuada de los miembros). !Las matemáticas son maravillosas!

Me quedó volando en la cabeza sin embargo la frase -valoración consistente y adecuada. Me acordé de una frase de Urrunaga, que decía: Hay todavía una cierta arrogancia por parte de los medios de creer que pueden decirle a la gente lo que tienen que hacer y se olvidan de que la gente lee críticamente aunque no tenga mucha educación, la gente se da cuenta de cuándo un articulo está recargado para un solo lado. Así como los aleatoriamente seleccionados miembros de un jurado pueden con toda autoridad emitir un juicio sobre un hecho criminal, así pueden y hacen los lectores de un periódico, o la audiencia de un canal de televisión.

La autoridad de ese juicio, entendida como la validez que el mismo tiene, no tiene correlación con el nivel educativo ni económico de quien lo emite, sino más bien con ese sentido común del cual, según la hipótesis planteada, hemos sido dotados sin consideración de raza, sexo, religión o cualquier otra condición. Los hay bien educados y cabezas duras, y los hay pobres paupérrimos y profundamente sabios. Y juzgamos con las herramientas que poseemos a la mano para juzgar, nuestra experiencia de vida, sea ésta en el cerro o en la colina. Y el cerro no es más valido que la colina, ni viceversa.

Aprendí también que existe la información, y existe la opinión, y que debemos distinguir una de otra: que la diferencia es obvia en el significado, pero no en su materialización o en su expresión en los medios. Los medios deberían claramente distinguir una de cosa de la otra, pero rara vez lo hacen, y se erigen en constructores y moldeadores de opinión.

Autoconsistencia

Yo escojo las estupideces que me creo y las verdades que rechazo. Hay ocasiones en que por diversas circunstancias, yo puedo terminar creyendo en algo que es una verdadera estupidez, o puedo rechazar una verdad fundamental. ¿Cómo hace uno para llegar a cometer tal tonteria? Parece más bien que se tratara de una trampa, y en algunas ocasiones ése puede ser el caso, porque a veces alguien deliberadamente nos pone en ese camino, pero existe un escenario peor todavía, aquél en el que nos engañamos a nosotros mismos.

Sabiendo que mi valoración de lo que alrededor ocurre, está sesgada por factores que no siempre puedo controlar, ajenos o internos, cómo saber que estoy cerca de la verdad? La autoconsistencia, sobre todo a gran escala, lo que vemos en un lado tiene que ser consistente con lo que vemos del otro; cuando los ponemos juntos, deben producir un resultado coherente. Las cuentas tienen que cuadrar, dentro de lo que los errores observacionales permiten, la suma de las partes es igual al todo, más un pequeño error; si el error es grande entonces algo debe ser mejorado. Y si las cosas no cuadran, y si distintas fuentes se contradicen, entonces hay que estudiar ese hecho también, analizar si tales contradicciones son sistemáticas, repetitivas y eventualmente predecibles. ¿Podemos predecir lo que un medio imprimirá al día siguiente sobre un hecho ocurrido hoy? Si tal medio está sesgado, esa predicción no será difícil de hacer.

La ciencia trabaja de esta manera. Si una fuente de información no es consistente con otra, entonces algo se supone que está fallando. Ese algo puede ser los modelos usados para describir el fenómeno, la obtención de los datos, la interpretación de los mismos, o cualquier otro factor desconocido. La falta de consistencia es un motivo muy fuerte para impulsar la investigación científica de un hecho todavía no bien entendido, y hasta pasa que una teoría bien formulada y autoconsistente, se viene abajo ante la aparición de nuevos datos que la contradicen. Así la ciencia progresa y avanza, consistentemente construyendo ideas y visiones. Es así como la física cuántica que estudia las más minúsculas partículas conocidas, y la teoria general de la relatividad que explica cómo la fuerza gravitatoria controla las estructuras del universo a gran escala, deben ser consistentes una con la otra, especialmente cuando ambas se encuentran íntimamente ligadas, por ejemplo, en la creación del universo. La creación del universo no parece ser cosa de soplar y hacer botellas, así que no es extraño que todavía no hayamos logrado encontrar una teoría autoconsistente de la misma.

Pero aunque no tengamos la verdad del todo en nuestras manos, podemos ir construyendo una estructura consistente por partes. Nadie ha dicho que sea fácil, pero ver a los medios con un ojo más crítico está al alcance de todos, comenzar por personalmente escoger una variedad de medios, de la cual tengamos una noción más o menos clara de que nos ofrecen todos los ángulos de la información, y luego en base a todo eso, extraer la verdad que sea más consistente posible. En cuanto a la creación del Universo, eso prefiero dejárselo a los cosmólogos, porque eso requiere matemática de la dura.

Insípida y transparente, no por ello inexistente

Para mi propia sorpresa, comprendí que la censura, esa palabra que en el periodismo tiene siempre la sombra de la maldad, un color oscuro y un sabor amargo, también puede ser insípida y transparente, y por tanto pasar desapercibida. Que no sólo se ejerce de la forma usual que nos dicen: un gobierno opresor que filtra lo que se publica, un medio que se autocensura para protegerse de dicho gobiernos. Existe también la censura basada en lo que supuestamente el público prefiere. El contenido y exposición de los programas, sobre todo el de los noticieros, es una labor de cuidado diseño, una traje muy bien cortado y cosido para acaparar la mayor sintonía posible, con el tono y las palabras y los colores que más atraigan la atención del público, ésa es una forma de censura, que la aplican los medios mismos.

Entonces veo que los noticieros están cargados de noticias de sucesos policiales, en el tercer y en el primer mundo por igual, y me pregunto si realmente es eso todo lo que quiero ver. Yo querría ver más programas de ciencia, más programas de cultura, querría saber más sobre los países latinoamericanos y los no latinoamericanos, querría ver conciertos de música académica, música tradicional e internacional. No digo que quiten todo lo que hay, a mi también me gustan las novelas, y alguna película gringa de vez en cuando no le hace daño a nadie, pero más variedad, y menos censura querría ver, porque ésa es una forma de censura que hemos sufrido por años y años, censura que produce mutilación cultural, que nos aliena y nos homogeneiza en una única masa sin variedad. Ah! pero no, la gente supuestamente quiere ver sangre, piel y violencia. Y los radioescuchas sólo quieren rock en inglés o como mucho, hip-hop en spanglish. ¿Queremos o nos han condicionado a querer? ¿Acaso somos los perros de un Pavlov mediático? ¡Guau! ¡guau! ¡guau!

Creatividad ante la carencia

Aprendí que el buen periodismo no tiene correlación con el dinero o los recursos técnicos, una buena labor se hace con papel y lápiz, o con laptop y conexión a Internet. Lo que se necesita son las preguntas y respuestas adecuadas. No sin sorpresa ocurre que la falta de recursos despierta la creatividad y nos hace construir nuevos modelos de trabajo, nuevas ideas brillantes.

Los hay buenos, y los hay malos también

Aprendí que hay periodistas buenos ... y ¡periodistas malos! Por razones que desconozco, existen ciertas profesiones en la sociedad que por omisión consideramos son buenas en naturaleza y en consecuencia quienes las ejercen, son considerados buenos en su ejercicio. Nos cuesta aceptar que existen médicos malos, y juzgamos muy duramente cuando un error médico ocurre (sea éste por genuino error o por mal ejercicio), porque ello tiene consecuencias muy importantes en la vida o calidad de vida de una o varias personas.

Del mismo modo, consideramos a todos los periodistas buenos, paladines de la verdad y defensores de la libertad de expresión. Pues no, no todos lo son, la mayoría pueden serlo, pero hay algunos pocos malos, como también hay algunos pocos muy brillantes, hay una distribución de cualidades. ¿Juzgamos a los periodistas con la misma dureza que los médicos cuando se comete un error? No lo creo. Pero el que esté más informado que me cuente y me ilustre al respecto. En todo caso, aquí bien puede no peligrar la salud de un individuo, pero sí puede lastimarse a la comunidad y a la sociedad en general.

Más abierto no lo hace más libre

Aprendí que para ser periodista, se necesita mucho más que acceso a un medio masivo de comunicación. El ejemplo más vívido de esta afirmación es internet mismo, la plataforma libre y abierta por excelencia, en la que todo el mundo puede expresarse sin ataduras excepto las propias, sobre el tópico que más le interese, o el que menos le importe. Y allí se consigue de todo, todo el mundo expone su punto, como yo expongo los míos hoy, aquí y ahora.

¿Es internet la libertad misma? ¿tal vez mucha libertad?. No, no existe el exceso de libertad, sino la falta de perspectiva, de ética, de respeto a la dignidad propia y ajena, tenemos una enorme deficiencia de pertenencia a una sociedad de convivencia fluida pero organizada, cuando tenemos un poco más de libertad de la que sabemos manejar, podemos fácilmente herir a los demás y hasta terminar cometiendo una atrocidad. Mi libertad no está en lo que los demás me dejan expresar, sino en lo que yo escojo decir. En internet hay montón de idiotas inútiles diciendo estupideces, y hay criminales pedófilos que atraen niños en sus trampas, y abundan los correos falsos de importantes funcionarios de países africanos que nos desean transferir millonarias sumas de dinero, siempre y cuando uno los provea con información bancaria confidencial.

La libertad de un medio no está en que pueda mostrar los cuerpos sin vida de los fallecidos durante un fin de semana, eso no hace a la noticia más real, aunque sí la hace más noticia frente a los condicionados televidentes. Es cierto que los medios deben exponer la realidad de lo que ocurre, pero existe un mínimo de sensibilidad y respeto al sufrimiento ajeno que debe ser considerado. Esas buenas costumbres están escasas ahora, dejadas a un lado por la insaciable sed del sensacionalismo, disfrazado de tubazo periodístico.

No tengo por qué tener la verdad en mis manos, con llegarle de cerca tengo

Por último, me aprendí el titulo de la charla, debemos buscar fuentes que nos lleven a la verdad, porque la verdad no tiene porque venir a mí; alguna vez puede hacerlo, pero no siempre, en general yo tengo que buscarla. Aprendí que existen medios para acercarse a ella, que no todos me llevan hasta ella, que no tengo por qué llegar hasta ella, que no siempre la tocaré con mis manos, pero podré verla suficientemente bien como para saber cómo luce, para responder mis preguntas y dudas. No necesito darle la mano, no necesito traerla conmigo a mi casa. Hay varias fuentes de la verdad, varios caminos para el mismo destino, cada uno luce diferente, y nos hace imaginar que el destino, la verdad, luce de distintas maneras. Pero el mayor aprendizaje proviene del camino mismo que escojo para llegar a la verdad, más que de la verdad misma: Caminante no hay camino, se hace camino al andar.

Katherine Vieira
Estudios: Secundaria: Colegio San Pedro (Barquisimeto, Venezuela), Bachiller en Ciencias, 1991.
Universitaria: UCLA (Barquisimeto), Lic. en Matemáticas, 1998. (Cum laude)
ULA (Mérida, Venezuela), Máster en Fisica Fundamental, 2002. (Mención Publicación)
Yale University, Master of Philosophy, 2003. Master of Science, 2004.
Ocupación actual: Yale University, 5to año del Ph. D. en Astronomía.
Área de especialización: Astrometría, (medición de posición y movimientos de las estrellas con muy alta precisión). Investigaciones del movimiento solar, cinemática de la vecindad solar, de poblaciones estelares dentro de la Vía Láctea y del Grupo Local de Galaxias . Estudio de las cualidades astrométricas de los telescopios, para obtener la mayor precisión posible de los mismos, sobre todo de aquellos que disponen de óptica activa y/o adaptativa para corregir las perturbaciones atmosféricas. Actualmente dedicada a un estudio de movimientos propios de las nubes de Magallanes, usando datos del Yale Southern Observatory.
Fue integrante de la agrupación Musical Trampolín de Cuerdas bajo la Dirección de Hilde Adolfo Sánchez, estudiante del Conservatorio "Vicente Emilio Sojo" y flautista de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Barquisimeto. Presidenta de la asociación larense de astronomía del 1992 al 1998.

http://www.tayabeixo.org/alda/miembros.htm

http://www.astro.yale.edu/cgi-bin/dept/people/user.cgi?vieira

Créditos para la imagen:

Título: "El cerebro prensado"

Autor: Alvy Bryce Calles, 2006. Composición elaborada a partir de dos imágenes obtenidas de la base de Microsoft Word, Office XP: Secciones "Comunicaciones" y "Académicos"; claves para la búsqueda,"periódico" y "cerebro".