domingo, noviembre 12, 2006

¿Qué es la mentira? (II): planteamiento inicial.

Por Alvy Bryce C.

LA FRÁGIL LÍNEA DEL FINGIMIENTO

Toda esta disertación, conjuntamente con nuestro primer artículo en esta columna, ¿Qué es la mentira?, y también los posteriores, tenga a bien el lector aceptarlos como el planteamiento de un problema cuya existencia pareciera incorrectamente entenderse como el segundo plano de la “normalidad” en las interacciones humanas (sobreentendiendo que la relación con los animales y la naturaleza en general también es humana). El fingimiento conforma un primer plano, un fundante de las sociedades. Hemos llegado hoy, en ciertos espacios, al extremo de mirar con incredulidad, con extrañeza, con disimulo, a la persona correcta, honesta, incorruptible, veraz, incluso, tales términos parecieran ser los menos mencionados en los medios de difusión masiva de hoy; su significado es, de cierto modo, un misterio.

Todos estamos familiarizados con algunos significados de la mentira y sus matices. La idea general es que la misma es lo opuesto a la verdad: mentira vs. verdad, verdad vs. mentira; a veces alternabilidad: mentira como verdad, verdad como mentira; también verdad como verdad y mentira como mentira. Intercambios potenciados al infinito.

Padres y madres, por ejemplo, tal vez no todos, levantan su dedo acusador, por supuesto el índice, para sentenciar al niño, a veces gritando: ¡mentiroso!, ¡no digas más mentiras!, ¡te va a comer el “coco”!, ¡a papa Dios no le gustan los niños mentirosos!, ¡mentir es malo, es incorrecto! Tal vez papá y mamá fingen como portadores de la verdad porque ¿de quién, en primer lugar, ha aprendido el niño a mentir?

Y continuar fingiendo: “las mías, son mentiras blancas”, y entonces se inicia la conexión entre simulación y ambigüedad: matices de la mentira: tal vez la esperanza de la mentira blanca es que se entienda como una “verdad a medias”: entonces comienza el juego; y crece la familia de términos: mentira, verdad, malo, ambigüedad, juego, esperanza. No es la mentira una familia de pocos miembros. Si el niño usa su derecho a la defensa y afirma “pero es que tu me dijiste que eso era verdad”: sigue creciendo la familia, se incorpora un nuevo miembro: la actuación, emergen entonces las cualidades histriónicas; y si el niño duda de la calidad de la obra, entonces se inicia la tragedia: ¿cómo hacer para recuperar la confianza?

Se potencia la simulación: “¡claro que no te dije que eso era verdad!, ¿es que tú me has oído mentir alguna vez?”; entonces conflicto de convicciones. Sistema complejo, movimiento permanente, representación, anfibología: la mentira se trueca en verdad, la verdad se trueca en mentira: el engaño, confusión y duda conforman un sistema que adquiere su propia racionalidad, su propio código, por naturalización. Múltiples formas tienen la mentira y la verdad, y también múltiples lenguajes: no sólo verbo y letra. Sistema, movimiento, gesticulación, signo y símbolo, creencia, retórica: creer en la mentira, creer en la verdad; lo más común: creer y dudar de ambas a la vez.

La familia, se ha decretado, después de un incontable número de investigaciones, análisis y reflexiones, "es la célula fundamental de la sociedad", "su unidad básica". Entonces el problema del fingimiento es social y es un entretejido que forma una inmensa maraña: entre la verdad y la mentira, y a partir de ellas, han emergido un caótico número de sistemas de pensamiento y acción: escuelas, paradigmas, tendencias, movimientos, culturas, política, a...z. Su denominador común es, y siempre ha sido, la disputa de la verdad, y, como es obvio, de la mentira. Toda disputa lo es por el poder. La breña que se forma es tan quebrada y espesa que a veces dudamos de lo que estamos viendo, oliendo, sintiendo, oyendo, con nuestros propios órganos, y si no actuamos así, podemos llegar a pecar de ingenuos; de algún modo, a veces creemos que todos los que nos rodean son verdaderos magos que se las ingenian para ocultar la verdad; y, así, ésta se convierte en una especie de fantasma etéreo y en la ilusión por alcanzarla algún día. Desde niños nos sorprende que, como dice el narrador del juego de béisbol por televisión, nuestro ídolo, el cuarto bate del equipo, sólo se refresca con el jugo de naranja “Marca”, pero luego, al finalizar el partido, lo vemos por la misma TV, durante una entrevista por haber conectado el tremendo batazo para ganar, tomando jugo de naranja “Spot”; o también nos sorprende cuando nuestro padre, es decir, nuestro modelo, nuestra fuente de significados, nuestro significante mayor, nos dice que es de “mala educación” sentarse a comer en la mesa sin camisa, y entonces él lo hace repetidamente argumentando que “hace calor”; la mentira es un proceso que poco a poco se internaliza como sustituta de la verdad. Pero estos ejemplos son sólo una muy pequeña muestra de actos humanos donde están presentes los diversos momentos de la verdad y la mentira, del fingimiento, de la ambigüedad, que se insertan siempre en una compleja retórica a la cual podemos aproximarnos para su comprensión, pero que es difícil desmontar, y también difícil de denunciar cuando la misma se convierte, por ejemplo, en retórica oficial concreta, en un momento histórico determinado, particularmente cuando el conjunto de símbolos que la estructuran, conjuntamente con otros elementos, están visiblemente signados por lo político como discurso social dominante, hegemónico. O, ¿todo discurso es político?

La pregunta: ¿es verdad que existe la mentira?: vacío. Mientras más abstracción, más complejidad. Desenredar la madeja es tarea difícil: totalización. Caldos de cultivo: poder, política, educación, familia, grupos, diplomacia, economía, religión, milicia, mass-media… Medios múltiples: estadística, hegemonía, estratificación social, mecanismos de manipulación y defensa….Estrategia.

Su impacto: ¡profundo, demoledor, transformador, letal!

Verdad y mentira no son “las dos caras de una misma moneda”, es la moneda girando a gran velocidad sobre su eje; cuando se detiene es ocultamiento: muestra una sola cara. ¿Incertidumbre?...salvo que quede sobre su canto.

Nota: La Fig. 1 y la Fig. 2 han desaparecido.

bryce.alvy@gmail.com

Próxima entrega: ¿Qués la mentira? (III): aproximación a un desmontaje.

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