lunes, enero 28, 2008

Quién sirve para las ciencias y para qué nos sirven las ciencias. (2da parte)

Por Astr. Kathy Vieira

Todos. Para hacernos seres humanos más completos. Esas son las respuestas. Pero si su curiosidad va más allá de saberlas, y Ud. quiere saber por qué esas son las respuestas, entonces lo invito a una lectura, en tres partes, que espero lo motive a apreciar y disfrutar de las ciencias, como uno de los caminos que nos llevan al mejor entendimiento de los que nos rodea, como parte del crecimiento humano.




Matemáticas, física y química:
El crimen que la educación venezolana ha cometido


Si las matemáticas sirvieran solo para "sacar cuentas" (1), entonces mi título de pregrado debería ser quemado. Un estudiante de ingeniería en un año hace muchas más cuentas que las que yo hice en toda mi licenciatura, usando además calculadoras programables y sofisticadas. Un contador o un administrador saca más cuentas que yo, y mejor. De manera que no, duélale a quien le duela, las matemáticas no son sólo para sacar cuentas.

Pero con eso nos han lavado el cerebro toda la vida, las matemáticas solo sirven para sacar cuentas, y ahora para eso están las calculadoras. Pero eso no es lo peor, lo más grave es esa vieja maldición educativa de las llamadas Tres Marías, matemáticas, física y química, a las que desde muy jóvenes nos presentan como terribles, duras, difíciles, solo para genios, y sin ningún valor práctico, inútiles. Excepto en raras y honrosas excepciones, el docente de matemáticas es el más temido, el más odiado, el más vilipendiado. Por otro lado, mientras más estudiantes reprueben la clase de matemáticas, mejor fama el profesor se crea. La física y la química a duras penas resisten este macabro escenario. Porque es macabro, pero pocos se dan o se quieren dar cuenta.

Es un crimen lo que se ha hecho con cientos de miles de estudiantes venezolanos que en las últimas décadas han desfilado por las aulas educativas odiando las ciencias, rehuyéndoles, rechazándolas, ignorándolas. Obviamente es mucho más fácil para algunos profesor "raspar" (2) a casi toda la clase, que darse el trabajo de preparar clases estimulantes para sus estudiantes. Porque es verdad, enseñar ciencias no es fácil, requiere entre otras cosas, mística, creatividad y gusto por la enseñanza, atributos muy escasos hoy día entre los muy orgullosos – pero muchas veces poco dedicados – licenciados en educación. Yo elevo mi voz de protesta y los acuso, sí, los acuso del desastre educativo que nos han estado dejando, y que se hace palpable cuando cada año que pasa, las habilidades numéricas y lógicas de los bachilleres que ingresan a las universidades son cada vez menores. Lo he visto con mis propios ojos, muchas veces. Nadie me lo puede negar. Vean las listas de evaluación de los estudiantes de primaria, secundaria y educación superior. El estudiante de buenas calificaciones en ciencias es una excepción, el estudiante de calificaciones normales es una minoría, el estudiante de calificaciones mediocres pertenece a la mayoría. Esta tendencia es independiente de los otros muchos factores que afectan el rendimiento estudiantil y que escapan a la voluntad del estudiante. El proceso educativo es complejo y muchos actores participan y determinan el éxito de un estudiante en su proceso formador, pero incluso dentro de aquellas poblaciones estudiantiles favorecidas por recursos disponibles, las ciencias son relegadas, rechazadas, renegadas.

Si miramos a los bachilleres que siguen carreras universitarias científicas, notaremos que son ellos precisamente los poquísimos estudiantes entusiastas de las ciencias sobrevivientes a semejante proceso alienador y destructor. No en vano, la calidad académica de las departamentos científicos de las universidades venezolanas es muy buena, después de todo se nutren de estudiantes que han casi que luchado contra el sistema educativo, para poder prepararse en las ciencias. Estos departamentos a su vez gradúan buena parte de su propio personal docente, tienen que autoabastecerse porque los profesores científicos universitarios son pocos.

Hacer las ciencias más atractivas a los estudiantes debe ser un objetivo fundamental a seguir. Es necesario estimular a nuestros niños y jóvenes, y los adultos también, sobre todo a los docentes, a acercarse a la ciencia, recalcando el valor educativo de misma como integradora de conocimientos. Hemos de tener sí un extremo cuidado en no confundir integración con generalización u homogeneización. Existen tendencias educativas que proponen la enseñanza de las ciencias como un bloque conjunto, donde todo se mezcla en un intento de darle un aspecto práctico al conocimiento científico. Bajo este concepto, se correo el peligro de diluir el valor de la precisión y de la lógica científica (3) . Eliminar la dificultad propia de las ciencias para hacerlas más “atractivas” a los estudiantes, presupone que nuestros niños no están intelectualmente preparados para enfrentar esos conocimientos, y eso es un insulto. Los flojos mentales son aquellos docentes que no valoran la enorme responsabilidad que sobre sus hombros pesa, y que prefieren hacer lo mínimo necesario para “cumplir” con lo que se les pide y nada más.

Entiendo que hay en muchas ocasiones pocos recursos para trabajar, pero la creatividad y la motivación del docente no se compran en las librerías, se cultivan en el carácter de la persona, y se transmiten con el ejemplo del trabajo diario. La creatividad no se usa cuando los recursos abundan, sino cuando estos escasean, la motivación no se necesita cuando todo funciona, sino cuando las cosas fallan. Los docentes tienen la responsabilidad, en el aula misma, de creativamente introducir conceptos abstractos de modo de inducir este tipo de pensamiento en sus estudiantes, ellos pueden además despertar en sus pupilos el interés de transformar un concepto abstracto en un hecho concreto, la aplicación práctica de las ciencias. Tanto en su aspecto teórico como en el práctico, las ciencias contribuyen al crecimiento del ser humano y de la sociedad donde vive.

Debemos integrar las ciencias a la vida del ser humano, relacionando sus conceptos y conocimientos con el quehacer diario, creando puentes, conexiones, no simplificando ni diluyendo, sino creando caminos que nos lleven a muchos distintos aspectos de lo que ocurre a nuestro alrededor. Una visión holística del proceso educativo busca integrar creando lazos, explorando distintas visiones, abstractas y prácticas. Una visión global (no globalizadora), busca entender como los detalles pequeños se ensamblan para crear una estructura organizada más grande. La educación científica proporciona a los estudiantes la oportunidad de experimentar todos estos procesos.

Los científicos son una élite

El diccionario de la Real Academia Española define élite como una minoría selecta o rectora. Interesantemente, la propia definición es elitesca, por lo mínima que es. Oligarquía y aristocracia tienen tres definiciones, y ¡cúpula tiene cuatro! . Naturalmente, dentro del contexto social, una élite representa a un grupo minoritario que posee una porción mayoritaria de algún tipo de poder. En la actualidad tiene una connotación negativa, porque históricamente muchas élites han abusado de su poder – de por sí grande – para su solo beneficio. Semánticamente, los científicos somos una élite, porque somos tan pocos, que somos efectivamente una minoría. Socialmente sin embargo, no lo somos. Los científicos como grupo social nunca han abusado del único poder que pueden atribuirse, el poder intelectual. Han liderado si revoluciones del conocimiento humano, que han cambiado el destino de la humanidad, y han moldeado entre otras cosas por ejemplo, la tecnología de la que hoy dependemos tan fuertemente.

Los deportistas son una élite. Pocos son los que poseen el talento físico, más la dedicación y concentración mental que exige ese mundo. Los logros deportivos son muy valorados porque significan un orgullo que por alguna razón, todos podemos compartir. Socialmente sentimos mucha empatía por nuestros deportistas y sus triunfos los hacemos nuestros. Sin embargo me pregunto porque los científicos no despertamos estas mismas emociones. Y me respondo: Es una cuestión de imagen, porque los científicos supuestamente somos medio locos, con lentes gruesos, y mal vestidos, parias leprosos casi. Y es una cuestión de educación, porque somos ignorantes de las ciencias, no queremos saber de ellas, en consecuencia no queremos saber de los científicos, porque son muy aburridos.

~ o ~

(1) "Sacar cuentas", en Venezuela, realizar operaciones numéricas.
(2) "Raspado" o "raspao", en Venezuela, es sinónimo de aplazado, no aprobado, reprobado: estudiante que no logra obtener el puntaje necesario para aprobar un curso, y continuar hacia el siguiente o finalizar el mismo.
(3) Recomiendo leer esta carta abierta (en inglés) que al respecto escribe un profesor de física: http://http//www.wellingtongrey.net/articles/archive/2007-06-07--open-letter-aqa.html

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