jueves, julio 05, 2007

Cómo sobrevivir y no fallar en el intento 2


VS vs VS

por Alvy Bryce Calles


(Click en la imagen para agrandar)

La discusión que iniciamos en torno a la supervivencia de la universidad venezolana (0), la tradicional, tomando como caso particular la Universidad Pedagógica, nos llevó a una afirmación quizás temeraria como conclusión parcial: el problema administrativo-académico, es, en este momento, un pseudoproblema; y su razón, histórica.

En efecto, vivimos un momento que exige, más allá de nuestra interpretación, nuestra definición, vivimos un momento de definiciones. Lo vivido hoy apunta como una época envolvente de la cual ya existen serias, muy serias señales, de trastrocamiento totalizador. Cultura, educación, política, ideología, costumbres, valores, principios, ya no serán, en un tiempo prudencialmente corto, lo mismo que “antes era”. El problema de la interpretación ha dejado de ser un problema del librepensamiento que se pasea por todas las casas paradigmáticas para intentar entender el conocimiento y la academia como lo holístico, integrador, como sintagma, cual núcleo aglutinador desde lo más elevado del conocimiento; el análisis ya ha dejado de ser un mero problema de descomposición del todo en las partes (que si “a mi me toca administrar tales cursos”, que si “a ti te toca encargarte de otros asuntos”; que si “la epistemología de la química ha de ser asunto de los químicos”; que si “…”), pues, más que mera tecnología y ciencia, más que lógica al estilo de la vieja filosofía analítica, más que racionalidad administrativa o gerencia estratégica democrática al “viejo estilo”, el movimiento de la realidad promete un despliegue de fuerzas, nunca antes vividas, con la intensidad de una posibilidad desconocida por ser futuro, que por “nuevas” siembran recelo, resistencia, impotencia: estamos en presencia de un proyecto cuya concepción proclamada le convierte en un sistema disipativo del “viejo orden” al "nuevo orden". Se vislumbra una nueva racionalidad, también transnacional: nuevas coordenadas sociales y continentales. No hay ingenuidad: se vislumbra. La explosión aún no ha ocurrido:
¿Hacia dónde te diriges, hijo?, preguntó el anciano; y el “hijo” respondió: “hacia dónde vas tú, pero por otro camino, tal vez nos encontremos en el Este”. El hombre, pensativo, desde su trono, todavía se pregunta si aquel niño le quiso decir que aspiraba a ser viejo...Lenta, blanda, equilibrada, retórica, ideológica, y hasta hedónica y pragmática disipación.

Un abordaje metafísico nos hace pensar que lo ente, en su historicidad, deja brotar una reverberación: ya no se trata exclusivamente de una relación simple con el mundo (la simpleza que nos da la acomodación a un paradigma, a un estilo de vida, a una forma de vida prolongada en el tiempo), ya no se trata de actitudes de irrupción desde la especificidad que imprime el ente científico-académico; se trata, sospechamos, de una revelación de la historicidad como totalización en lo político: búsqueda de una nueva identidad como fuerza e intento de legitimación social. Reaparece lo supuestamente extirpado, lanzado, hacia la nada que, desde su propio “en sí mismo” fue ente y no nada, pero desde el otro (opuesto) siempre fue nada: ahora, en tanto ente-buscando-posicionamiento, es el otro elemento lógico de la contradicción frente al otrora excluyente: lo excluido haciéndose ente. El predominio en el poder de un bipartidismo, encarnado en Acción Democrática y COPEI (1), que nunca fue contradictorio más allá de lo no antagónico, tuvo como signo la exclusión de las organizaciones de izquierda. Ahora, lo otrora excluido puja por ser excluyente: una dialéctica que imprime un ritmo avasallante que intenta convertir al otro en nada y él mismo en ente. Ahora este es conspicuo por su intento, no como parcialidad sino como totalidad. Intento.

Entroncamos entonces con otro problema que puede lucir lógico: si lo antes ilegítimo se perfila ahora ente como totalidad legítima, ¿hacia donde va lo antes-ente? Respuesta: hacia la X, como bien pudiera decir Nietzsche, lugar que ocupaba antes la nada. Ya no importa ser Físico o Sociólogo: se exige y necesita ser político de nuevo cuño. Vivimos hoy la sensación (alegría para unos, amenaza para otros) de un momento de contradicción en ciernes entre dos modelos, por lo menos visto en el plano. Uno, el que supuestamente mantenía un equilibrio, aunque precario, entre sus instancias sociales, cultura, economía, ideología, educación, ley, política, que preconizaba el status de la educación como corredor vial hacia al ascenso dentro del elitista mundo de las clases medias y de las altas (esta última como ilusión), modelo cuya dinámica interna, entre los contenidos de su propio código, producía una especie de sensación de bienestar definida por la confrontación entre la incertidumbre y la esperanza: Neutralidad. El otro, modelo cuya dialéctica propende a una antítesis frente al viejo esquema a través de la hipertrofia de la política, necesidad de poder, con todas las implicaciones que ello tiene. La nueva educación, asomo del “nuevo modelo”, es una subordinación abierta, sin tapujos, sin fingimiento, a la política (como siempre ha sido, pero en otrora, subyacencia, lo oculto prohibido). Deber ser.

La dialéctica nada-ente-nada-ente…, no es un simple intercambio ulrasimplificado en la expresión “quítate tú para ponerme yo”, como han querido presagiar algunos, incluyendo pueblo: es exactamente la estructura mental petrificada que habrá de ser superada para insertarse en la realidad como sistema disipador. No es el simple desplazamiento de una estructura burocrática por otra: no es el simple intercambio de un modo de corrupción/honestidad y de eficiencia/ineficiencia por otro, como los ahora “nada” quieren hacer ver. No. El desplazamiento es tan complejo que aún no ha sucedido. La correlación de fuerzas todavía no alcanza para eso, particularmente en lo intraideológico: e incluso, las transiciones, como suele afirmar el historiador Jesús Vivas (2), interpretando, son la muerte de la pretensión. También Incertidumbre. Debilidades.

Las debilidades brotan en su historicidad, brotan como provisionalidad, pero pueden convertirse en ente. En el lenguaje de los síntomas, por ejemplo, la intención de proliferación de nuevas universidades y multiplicidad de carreras intenta marcar el rumbo desde la lógica de un modelo o, más bien, protomodelo, cuyo discurso interno anula, o ambiciona, el viejo repertorio de una educación liberal que luce cansada y que pudiera rápidamente iniciar su camino al desvanecimiento: Aspiración. Todo "nuevo". Nuevos docentes, nuevos estudiantes, nuevos administradores, nuevos enfoques curriculares, nuevo lenguaje: todos bajo una retórica que mueve su norte objetual hacia y desde una complejidad discursiva: el Socialismo del Siglo XXI (vs) el Capitalismo Neoliberal y Salvaje del Siglo XXI. Y mueve, no sin peligros, su confrontación hacia el norte geopolítico. Se intenta armar un nuevo rompecabezas. Un nuevo encadenamiento de los asuntos sociales; pero, dicho hasta la saciedad: “una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil”, aunque sus fortalezas sean evidentes y positivas (la fortaleza tendría que ser garantía del logro, incrustada estructuralmente en una sociedad convencida, esperanza y horizonte, de las nuevas propuestas; una sociedad saneada dentro del modelo que aspira; convenciendo por la praxis). ¿Cuál lógica de cual modelo?: modelo en ciernes, lógica implícita.

Pareciera que el nuevo intento ha removido las fibras más íntimas de de ciertas omnipresencias silentes, represadas, agazapadas, revelándose a sí mismo en forma de explosión desde su propia fragilidad, más allá de socialismos y capitalismos planteados como discurso: corrupción e inseguridad, burocracia e ineficiencia; nuevo-riquismo también de nuevo cuño: explosión sociopática del individualismo. El parte de guerra capitalismo (vs) socialismo ya no es causado por misiles o bombas o atentados terroristas convencionales: es un nuevo fundamentalismo cuya doctrina puede muy bien considerarse hedónico-inmediatista: el culto al delito. Interpretando a Naim (3): los nuevos potenciales reyes de la economía, de las leyes, de la sociedad. Los representantes de ese nuevo fundamentalismo, ateo, “apolítico”, anárquico, sociopático, criminal, ocupan, incluso, altos cargos en los gobiernos de los países, incluso “burocratizan” para cometer sus propias fechorías. ¿Cómo puede ser socialista una nación con su propio corazón herido, la vida, por una delincuencia terrorista y atroz?

Esa mezcla de sociedad en incertidumbre (vale decir, transición, provisionalidad) con oportunistas delincuentes disfrazados de revolucionarios que simulan eficiencia construyendo un mundo discursivo publicitario, aunque por ahora tal vez minoritarios, son caldo de cultivo para la contrarrevolución: revolución y contrarrevolución se anulan a favor del “viejo régimen”. Continúan siendo los nuevos carceleros de la honestidad, ahora con poder legal y más recursos. Con el rostro al descubierto, o disfrazado, los delincuentes profesan la ideología más contundente y cruenta de todas, un nuevo terrorismo: el asesinato a domicilio, el tráfico de órganos, el tráfico de blancas, el tráfico de narcóticos, tráfico de niños (aberración sin parangón): todos implican muerte, destrucción, desmoralización…Su domicilio es todo el espacio social. Venezuela en el juego. ¿Cuál ha de ser el papel de las nuevas universidades en ese juego, si las viejas de tradición y esfuerzo académico, no aguantan las fuerzas implosivas de su deslegitimación? ¿O mejor, cuál ha de ser la nueva educación?. ¿Cuál es ese eslabón más débil?: la formación, la ideología, la educación, y una pincelada de herencia. Tal vez. Por supuesto, esos "malos de la película", son quizás los menos: pero varios de los que son, tienen poder simbólico. Escuché a a algún político decir en una oportunidad, refiriéndose al caso de Venezuela, que el número de delincuentes en el país no constituía ni siquiera el 0.04% de la población pero, un sólo muerto debería sentirse y entenderse como una tragedia nacional; sin embargo, pareciera que las muertes diarias que ocurren a lo largo del territorio nacional, se están naturalizando, se están convirtiendo en algo "normal", tanto que ya forma parte del repertorio humorístico.

Pero esa variante bifronte, una cara mirando hacia atrás y otra hacia delante, una cara hacia la derecha y otra hacia la izquierda, una cara hacia la honestidad y otra hacia la deshonestidad, puede convertirse, en el caso de Venezuela, en omnipresencia: Ya no se mata o se corrompe a los congéneres "para darle de comer al hijo"; ya no se secuestra por razones meramente políticas, ya no se mata por "defender la causa justa" o "porque el otro ofendió a Dios". Los propósitos del genocidio que transcurre son nuevos y sorprendentes: los zapatos de marca, un auto para pasar el fin de semana en la playa, una camisa, un pantalón, una cartera, una casa en un barrio residencial de Florida; o causas neopiscológicas: “caerle mal” a alguien o simplemente porque alguien tiene una novia bonita, o porque invitó a un conductor de autos a respetar el semáforo, o simplemente porque alguien miró mal a otro y, mucho más grave, por el placer de matar, o para probar el arma recién adquirida.

La muerte tiene ahora otro rostro. La acumulación del capital por medios no convencionales ya no es el único factor potenciador de la delincuencia: ya no se trata sólo de producir riqueza ilícita o de adquirir nuevos medios de producción: se estafa, se roba, se corrompe, se asesina para tener una Hummer (una forma de asesinato más sutil, a la “chiticallando”: ser revolucionario aprovechándose de la estructura social no superada) o una modesta bicicleta, por el placer de tenerlas. Se asesina por un cigarrillo. El estudiante de trece años de edad armado de un revólver atraca o mata a su profesor, bien porque necesita comprar unos zapatos marca “Marca”, bien porque el profesor le “cae mal” o porque simplemente le evaluó objetivamente, o subjetivamente, simplemente porque lo evaluó: y si no tiene un arma eficiente, “para eso están las piedras”; pero a su vez el profesor le ha asesinado a él de otras múltiples formas no físicas. ¡Hemos transcurrido de la omnipotencia a la omniimpotencia! Por supuesto, no es que exista proliferación de autos de lujo y que todos los personeros del gobierno los tengan, al estilo de los más rancios burgueses, de hecho son muy pocos, cuantitativamente insignificantes: ¡pero basta sólo uno para desplegar la incontenible fuerza del símbolo!

La función formativa de la educación está dejando de ser, se está esfumando en una atmósfera social deformante que se enrarece día a día bajo la mirada impotente de los cultores de la vieja pedagogía. Deformante con respecto al valor vida y toda forma de sostén de la misma. La educación a partir de principios y valores destinados a la formación de actitudes honestas, altruistas, rectas, justas, ha perdido su fuerza: padres como modelos de corrupción, religiosos pederastas y violadores, gobernantes convertidos en máquinas de desaparecer los dineros públicos, docentes fabricantes de la cultura alcohólica, ingenieros que por ganarse unos reales más usan material de segunda habiéndose presupuestado material de primera, médicos que practican (nueva modalidad) la doble operación quirúrgica del paciente (doble ganancia), profesionales del derecho que rayan con clavos sus propios autos para que la empresa aseguradora se los pinte de nuevo, jueces que defienden conscientemente a los culpables, la víctima convertida en acusada…la lista es infinita. No son todos: pero están en franco crecimiento. Es cierto, es la pérdida de legitimidad de la educación; pero ¿realmente es esto la causa fundamental de la descomposición de un país que en otrora, muy en otrora, fue modelo educativo y pedagógico, aún sin ser socialista? El joven de catorce años que le dice a su profesora que tiene el pene erecto y desea tener relaciones con ella, ¿es realmente producto de un sistema educativo fracasado?

Creo que el problema es infinitamente más complejo que la pérdida de legitimidad de los sistemas educativos. La relegitimación de la educación, y con ella la universidad, tendrá que renacer de esa complejidad, descifrándola para poder ser-ente, es decir, totalidad; así como el Ave Fénix lo hizo de las cenizas. El nuevo ente, el nuevo proyecto, el nuevo modelo que pretende posicionarse rápidamente de todos los espacios sociales del país, ¿Ha tomado esta problemática en consideración? ¿Son algunos de sus cultores similares, afines y conexos, parte del problema? ¿Están los nuevos líderes conscientes del poder contrarrevolucionario de la delincuencia: y aún más, cuando se ejerce intrínsecamente? No es sólo política. CONTINUARA... bryce.alvy@gmail.com
Notas
(0) http://edcero.blogspot.com/2007/05/como-sobrevivir
-y-no-fallar-en-el.html


(1) Partidos tradicionalmente dominantes del poder político en Venezuela a partir de la caída del dictador Marcos Pérez Jiménez en 1958, hasta el advenimiento del actual proceso encabezado por el presidente Hugo Chávez.

Más información:

http://www.anhvenezuela.org/
http://www.2001.com.ve/biografia_personaje.asp?q=46
http://es.wikipedia.org/wiki/Accion_Democratica
http://es.wikipedia.org/wiki/COPEI
http://es.wikipedia.org/wiki/Presidente_de_Venezuela

(2) Puede leer artículos del Dr. Vivas en las siguientes direcciones:
http://edcero.blogspot.com/2007/03/la-burocratizacin.html http://edcero.blogspot.com/2007_04_01_archive.html
http://edcero.blogspot.com/2007_05_01_archive.html

(3) Naím, Moisés (2006). Ilícito. Cómo traficantes, contrabandistas y piratas están cambiando el mundo. Bogotá: Random House Mondadori, Ltda.

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